02 julio 2017

NADA IMPORTA TANTO

Siempre que me siento a escribir algo acá me preocupo de que sea interesante, de que haya un trabajo de análisis detrás, horas y horas de pensar qué quiero decir realmente y escribirlo de la forma más pulcra posible para que se entienda ese mensaje.

Pero ¿sabís qué? Buta que me da paja hacer eso.


Tengo como treinta mil borradores en la bandeja de entradas de este blog y es porque me doy taaaanta vuelta en escribir una cuestión, que al final me canso y no publico nada. Con los dibujos me pasa exactamente lo mismo: que tiene que ser entretenida la wea, que la gente tiene que identificarse, que tienen que compartirlo hartas veces de lo contrario vale pico. Y qué fome que sea así.

Hace ya un buen tiempo empecé a ir donde una psicóloga y, entre muchas otras cosas, lo más jebi que hemos descubierto juntas es que soy experta en ponerme exigencias. Exigencias que la mayoría de las veces no puedo cumplir y que a la postre me hacen sentir pésimo y destruyen mi autoestima (porque aparentemente es más fácil odiarse que quererse, la wea de mierda)

El otro día estaba viendo Please Like Me de nuevo porque filo, por qué no (véanla, está en Netflix así que no tienen excusas) y en el capítulo 1 de la temporada 2, la mamá de Josh se manda un discurso que hallo muy bacán, dice así:

"My Josh is gay and he says that Oprah isn't good for people because she keeps telling everyone they can be better, and they probably can't be better, can they? He says that everybody seems to think it's really good to be aspirational, but what we need is more people to believe that it's really good just to be satisfied. And he thinks that that's what's wrong. And he blames Oprah for that."

Básicamente dice que el discurso tipo "todos podemos ser mejores y aspirar a más" es nocivo porque a veces simplemente no podemos ser mejores. Y quizás, lo que necesitamos no es que la gente aspire a más, sino que más gente se sienta satisfecha con cómo es.

Es ese motto el que he tratado de aplicar en mi existencia últimamente, pero pucha que es difícil. Sobretodo en un país como el nuestro en el que la competencia y el individualismo están a la orden del día: cuesta fallar porque eso implica quedarse atrás y si quedas atrás cagaste, básicamente.  Hay que ir de a poco supongo.



Así que aquí estoy, en pijama, después de un domingo muy culiao en el que perdimos la copa confederaciones (Marcelito Díaz te banco hasta el fin de los tiempos te quiero mucho) y en el que también, como si no fuera suficiente, la mayor parte de la población votó por Piñera para que sea candidato DE NUEVO. Esa wea sí que es triste po. En fin, aquí estoy para decirles, a través de este post piñufla redactado como el hoyo, que intentaré sacar la pata del acelerador en cuanto a las exigencias. Que ya no quiero preocuparme de si las cagás de viñetas que subo son exitosas o no, o si este post se vuelve viral o no. Ya no quiero estresarme de manera sobrehumana por cosas que no puedo controlar, ni vivir queriendo llegar siempre a todas partes, porque a veces es mejor quedarse tranquilita, donde una está. Nada más.

Les invito a hacer lo mismo. 

O hagan la wea que quieran, básicamente. Mientras se sientan cómodes y no dañen a nadie, bacán.

CHAU

No hay comentarios:

Publicar un comentario